Marzo, 2025
Bienvenida, Mili. Nos gustaría saber un poco sobre ti, tanto en tu día a día como en el aspecto literario, ¿nos lo podrías explicar?
Empezaré diciendo que soy una apasionada del mar, del silencio y de la soledad, elementos que utilizo tanto para inspirarme en mis historias como para relajarme a diario. Aunque mi vida es bastante tranquila ya que en estos momentos no trabajo y disfruto más de mi tiempo.
Mis días los empleo en mis plantas, en mi reciente estrenada casa, en caminar a diario y en colaborar con algunos compañeros escritores maquetando, corrigiendo y haciendo una valoración inicial del manuscrito. Por supuesto, parte de mi tiempo se lo lleva mi familia. Pero la mayoría de mis horas se las lleva mi ordenador y mis escritos.
Odio las redes sociales, pero reconozco que me sirven de gran ayuda para que la gente conozca mis libros. También a través de ellas he conocido compañeros, así que, a pesar de todo, seguiré estando ahí.
En cuanto a mi faceta literaria, no tengo horarios ni manías, salvo estar sola y que haya silencio, tal vez por ello la noche siempre fue mi mejor momento. Decir que hay ocasiones en las que escribo ocho horas diarias y otras puedo estar hasta siete días sin hacerlo. Nunca escribo porque haya que hacerlo como si fuese un trabajo o una obligación, solo lo hago cuando me siento inspirada y con ganas.
¿Cómo es tu proceso de escritura?
Soy un poco veleta y, sin proponérmelo, siempre actúo del mismo modo. Nunca utilizo escaleta ni nada parecido. Tan solo tomo notas en cuanto a fechas o edades para no caer en incongruencias durante la escritura. Una idea inicial llega a mi cabeza, suele ser una imagen de la que voy tirando hasta que se genera en mi mente una historia con una trama, un claro principio y un claro final. A partir de ahí empiezo a escribir desde el principio de la historia. Conforme avanzo, van surgiendo personajes que no estaban previstos al igual que subtramas. Y, aunque pueda modificar algo del desenlace, debido a esas subtramas, el final siempre es el que ha nacido en mi mente desde el principio.
Una vez acabada la historia me embarco en el proceso de «embellecimiento» —que lo llamo yo— de la narrativa. Es decir, cambio palabras, frases, incluso párrafos enteros, por otros que a mi parecer puedan ser más adecuados.
¿Cuántos libros has publicado? ¿De qué género son?
En estos momentos tengo cinco títulos en mi haber. Aunque uno de ellos está versionado por lo que podría decir que son seis las novelas publicadas.
Los géneros son variados. El primero es una novela clásica, el segundo romance erótico con comedia y luego está la versión suave en comedia romántica. El tercero es un thriller policíaco y tras él un romance psicológico con algunos toques de humor. Mi quinto libro es una novela biográfica e intimista.
¿Estás trabajando en algo nuevo? ¿Qué nos puedes adelantar de tu próximo proyecto?
Sí, hay un nuevo proyecto gestándose. En esta ocasión me he querido arriesgar un poquito más adentrándome en lo que es un gran reto para mí. Me he metido de lleno en un thriller negro del que puedo adelantar que el inicio es un rescate en helicóptero y que la cosa está bastante enredada.
¿Has hablado alguna vez sobre prejuicios relacionados con la edad y la escritura? ¿Cuál es tu experiencia en este aspecto?
Por supuesto. El edadismo está siempre presente en nuestras vidas. Aquello de «el viejo que no se entera» o «qué sabrá el mocoso» está a la orden del día y, evidentemente, en la literatura también.
Al igual que en el mundo laboral, los de cierta edad lo tenemos mucho más difícil cuando no somos consagrados.
Particularmente creo que no deberíamos juzgar a nadie ni por su apariencia ni por su edad (ni por nada). Los mayores genios de la historia no seguían cánones establecidos y seguramente su primer logro no fue a tardía edad, aunque es probable que el mayor, sí. Pero ello demuestra que tanto de joven como de mayor se puede crear.
Yo misma he sufrido comentarios referentes a lo raro que resulta el hecho de que haya escrito un libro erótico. Por otra parte, quiero apuntar que varias de mis lectoras se sorprendieron tras leer esa novela erótica al descubrir mis años; me imaginaban más joven.
Supongo que yo sufro esa parte por mi libro erótico, pero sé que otros lo sufren por otras historias.