LA AVENTURA DE ESCRIBIR EN LA EDAD MADURA

Me llamo Lydia Rodríguez Sánchez, autora de las novelas «El último sendero» y «Aquel otoño». Las escribí a raíz de mi jubilación.

¿Por qué una persona madura emprende la aventura de escribir cuando podría disfrutar de esta nueva etapa de forma sosegada?

La jubilación es, para unos, sinónimo de tranquilidad y relajación. Para otros es poder hacer lo que no les permitieron las circunstancias anteriores a esta etapa, como ir a eventos culturales, socializarse de modo más activo, seguir cursos… En cualquier caso, buscamos el camino más apropiado para entrar a formar parte de una tercera generación muy a menudo apartada e invisible. Durante ese proceso puede nacer o intensificarse una etapa de plena maduración creativa como pintar, escribir, cocinar…

¿La persona mayor encuentra mayores obstáculos en el mundo literario?

Obviamente, sí. La era digital ha pillado por sorpresa a muchos de nosotros. Esto influye a la hora de la promoción de nuestros libros: aprender las técnicas de las redes sociales.

¿Entonces qué nos empuja a escribir a pesar de todo?

Súbete al tren conmigo:

Estacionamiento del tren:

La etapa madura nos brinda la oportunidad de dedicarnos a las actividades que no pudimos desarrollar debido a los condicionantes laborales y familiares. Cuando has sentido el gusanillo de la escritura desde joven, reencontrarte con ella en esta época de tu vida es una opción enriquecedora donde no solo creas historias a tu antojo, sino también ejercitas tu mente. Muchas veces escribimos para nosotros mismos, pero no deberíamos dejar a nuestros personajes huérfanos. El siguiente paso es encontrarles a lectores que los adopten con el mismo cariño que has puesto en su creación.

Primera parada:

Tras un proceso solitario, ha llegado la hora de la indecisión de cualquier autor novel: ¿quiero intentar publicar mi manuscrito? ¿Habré puesto el listón demasiado alto? ¿Qué camino seguir? Es una labor durante la cual los nervios están a flor de piel después del subidón sentido al finalizar tu manuscrito.

Segunda parada:

Hemos conseguido autopublicar o publicar el manuscrito con una editorial, pero ahora llega un huracán de incógnitas con las que lidiar. No nos imaginábamos que, subir al tren, sería tan complicado. Otro gran esfuerzo para integrarnos a las redes sociales, descubriendo un mundo nuevo, donde nos es difícil seguir el ritmo y entender el galimatías de tantas palabras nuevas. La sangre nos hierve con el ajetreo de las presentaciones, promociones…

Tercera parada:

Has conseguido por fin subir todos los peldaños. Disfrutas de la alegría, pero llega el momento de nuevas dudas. ¿Gustará mi libro a los lectores? ¿Recibiré buenas críticas? ¿Tendré lectores? ¿Cuál es mi nicho de mercado? Todas estas preguntas te hacen tambalear hasta querer apearte del tren antes de hora. Sin embargo, te insisten en no tirar la toalla. Entonces levantas de nuevo la cabeza y aunque te hayas subido tarde al tren, aguantas hasta la siguiente parada.

Fin del trayecto:

Aunque el trayecto haya sido tortuoso, merece la pena acompañar a nuestros personajes a donde nos quieran llevar.

Nota: Puedes encontrar el artículo original en Top Cultural: https://topcultural.es/2023/11/27/la-aventura-de-escribir-en-la-edad-madura/