Febrero, 2025
Bienvenida, Chus. Cuéntanos un poco quién eres y cómo te defines como escritora.
Vengo del mundo del periodismo y la comunicación, por lo que la palabra ha estado muy presente en mi trayectoria. Los libros, por lo tanto, siempre han sido necesarios en mi proceso laboral y literario, una herramienta en la que me he apoyado no solo en busca de evasión, también como parte de mi crecimiento personal. Creo que estamos necesitados de literatura incómoda, que nos invite a la reflexión, a emocionarnos y a dejar salir nuestro espíritu crítico.
Por otro lado, no sabría definirme a mí misma como autora. Sé que existe un puente entre mi mundo interior y lo que proyecto a través de mis historias, aunque no soy muy partidaria de las etiquetas. De manera general, me interesa rescatar el pasado desde nuevos enfoques y perspectivas, acontecimientos y personajes que han quedado en los márgenes, encontrar una manera para que sobreviva aquello por lo que se ha pasado de puntillas. Para mí, es donde nace el espíritu novelesco.
¿Cuántos libros has publicado? ¿De qué género son cada uno?
He publicado novelas de misterio inspiradas en hechos reales y relatos históricos. Me centraré en tres novelas.
La primera fue «La cripta de las estrellas» que aborda la vida de un soldado que acompañó a Napoleón a la campaña de Egipto; un capítulo que me ha parecido siempre especialmente atractivo, que más allá de la crónica oficial, se fusionó con movimientos esotéricos de la época, como el hermetismo o la masonería.
Después, escribí dos novelas que han sido galardonadas. «Nadie se conoce» quedó finalista en el Certamen de Utrera. Está ambientada en la España del siglo XIX, en un ambiente opresivo para cualquier mujer que desee ser libre. Se recrea una trama de tono policial basada en la amistad tóxica entre una viuda y un científico embalsamador, una profesión muy próspera en ese momento, aunque también tétrica.
Mi última novela recibió el premio Malas Artes y con ella vuelvo a Egipto y al siglo XIX. En esta ocasión, para vivir una aventura brutal en busca de un milagro que permita a uno de los personajes superar una enfermedad mortal: la tuberculosis. La protagonista de «La historia que jamás deseé escribir» se verá envuelta en tramas delictivas, sectas y otros terribles peligros para obtener una pócima que fue muy deseada en ese momento por la aristocracia: la mumia vera.
Se trata, como se podía imaginar, de tres novelas que se adentran en capítulos poco conocidos de la historia contemporánea.
De todos esos libros, ¿cuál ha sido el más difícil de canalizar y de hacer?
Mi libro más difícil y el que más recompensas personales me ha brindado es el libro de relatos históricos «Eligieron ser libres», donde recupero de forma novelada biografías de mujeres españolas de diferentes épocas, desde el siglo XVI al siglo XX. Bandoleras o espías forman parte de un legado poco conocido de nuestro pasado en el que merece la pena adentrarse y darlo a conocer. Siempre se difunde la labor de grandes mujeres que han destacado por su labor artística o profesional, o han nacido siendo aristócratas o princesas, pero mucho menos a las que lucharon desde la nada para defender derechos fundamentales y que hoy podríamos considerar protofeministas. Me resultó muy complicado el proceso de documentación, tanto encontrarlas como recuperar biografías que, en general, aparecen muy fragmentadas en estudios académicos o hemerotecas.
A cambio de tanto esfuerzo, se trata de un libro que se ha difundido en muchos institutos, por ejemplo, y también en asociaciones de mujeres y clubs de lectura.
¿Eres de las que espera a estar inspirada para escribir o te marcas unos objetivos de escritura y te esfuerzas en cumplirlos?
En mi caso, sin marcarme objetivos no suelo lograr nada. Quizá por eso sigo lo que llaman el método Hemingway, que consiste en madrugar, releer lo que escribí el día anterior y, una vez metida de nuevo en la historia, seguir escribiendo. No hay nada mejor que aprender de los que eran unos genios. Creo más en la constancia diaria que en la inspiración que pueda recibir de forma puntual.
¿Cuál fue tu última lectura? ¿Con qué género te identificas más como lectora?
Mi última lectura ha sido «Homenaje a Cataluña» de George Orwell. Es uno de los clásicos que tenía pendiente sobre la Guerra Civil Española, y me ha resultado apasionante acercarme al conflicto desde sus ojos.
No me identifico con ningún género ni me siento fan absoluta de un estilo concreto, me atrae más dejarme llevar por propuestas que intuyo que van a tener la capacidad de atraparme. Y lo cierto es que me sucede así, con independencia de que se trate de histórica, criminal o de terror. Busco, sobre todo, formas de narrar que me parezcan originales y arriesgadas.